- Por Cr. Juan S. Bollatti -
Las Pymes que vivieron el auge de la primeras parte de la década pasada, sortearon gracias a las reservas acumuladas la caída del mundo del 2008/09.
La reactivación transitoria del 2010/11 hizo creer en la posibilidad de recuperar los niveles alcanzados hasta el 2008 y produjo una visión que impidió ver que había cambiado el ciclo económico mundial y que impactaba en nuestro país.
En muchas actividades a partir del 2012 se comenzó a registrar una permanente caída de ingresos con escasos meses donde se lograba alcanzar el punto de equilibrio.
Con la esperanza de un cambio de tendencia no se focalizó en el costo de estructura asumiendo una actitud de esperar que éste se redujera por el mero paso del tiempo y con menores costos.
La espera trajo como consecuencia un deterioro continuo del capital de trabajo que llevó al endeudamiento.
A partir del 2014 la política financiera hizo que fuera aumentando el costo del dinero, y hoy dado que las tasas de interés están atadas a contener el aumento del dólar las perspectivas son ALTO COSTO DEL DINERO.
Esto aceleró el proceso de destrucción del capital de trabajo de quienes entraron en la fase de endeudamiento.
Hoy, de no existir una reactivación rápida del mercado donde está asentada la empresa, y una política para abaratar el costo del dinero, la sustentabilidad de muchas organizaciones es preocupante.
Como no se puede esperar estos cambios por lo menos en lo inmediato, se hace urgente y necesario hacer políticas de reestructuración para llegar al punto de equilibrio.
La información para el análisis y la toma de decisiones es un factor clave.
Los estados patrimoniales se deben confeccionar con más frecuencia para medir la salud de nuestro PATRIMONIO NETO circulante.
En los COSTOS FIJOS o DE ESTRUCTURA hay que trabajar día a día, mas en épocas de fuertes cambios de precios relativos, inflación, devaluaciones.
Es necesario explorar los COSTOS OCULTOS que todos soportamos y que no son fácil de visualizar.
El FLUJO DE CAJA es una herramienta clave para evitar que una crisis de pagos desvíe el centro de atención de la empresa que hoy debe estar en vender y cobrar en tiempo y forma.
Hoy vemos a un empresario pyme en estado de shock o espera, que corre en mil actividades insignificantes cuya tiranía ha impuesto el sistema y que impiden de se pare una horas por semana, o mes a ANALIZAR Y PENSAR SU EMPRESA.
-Es necesario REACCIONAR URGENTE-